Breve historia del famoso Gelato italiano

Sin duda, el rey de los postres es el helado y, de todos los helados, ninguno es comparable con el gelato italiano.

De hecho, el gelato tiene algunas características que lo hacen único:

  • Contiene un contenido menor de grasa, de azúcar y de aire a diferencia del helado y no se emplean aromas o sabores añadidos, solo ingredientes naturales

  • La base de su fabricación es la leche fresca, mientras que en el helado es la crema

  • Se prepara batiéndolo a menor velocidad de forma que es mucho más suave

  • Tiene un sabor más intenso

  • Se sirve más frío que el helado

  • Las recetas tradicionales son secretas y se transmiten de generación en generación

gelato italiano

Un postre con siglos de antigüedad

Sobre los orígenes de este afamado postre hay muchas versiones, algunas incluso se remontan al relato bíblico en el que, Isaac ofrece a Abraham leche de cabra mezclada con nieve. Y, según diversos historiadores romanos, en la antigua Roma, ya se llevaba a cabo la práctica de recoger hielo y nieve de las montañas, colocarla en grandes vasijas protegidas con paja y enterrarlas a fin de mantener su temperatura como una técnica para conservar los alimentos durante más tiempo.

De hecho,  al famoso general romano Quinto Fabio Máximo se le atribuye la invención de los postres fríos denominados “nivatae potiones“.

El antepasado del gelato, sin embargo, lo encontramos en el sorbete siciliano, realizado a partir de la mezcla de los jugos de frutas locales y azúcar de caña, con la nieve del volcán Etna.

Fue tal la fama de estos sorbetes sicilianos que pronto se extendió la voz de su existencia en Florencia, entre las cortes renacentistas. Allí el almacenamiento de este postre se realizaba en calderos sumergidos en grandes tinajas de madera llenas de hielo triturado y sal.

Durante esta época, el interés en la gastronomía por parte de las familias nobles era cada vez mayor y, esta mezcla de crema fría,  a base de leche, frutas, nata y huevos causó furor.

Algo después, hacia el año 1565, artistas como el florentino Bernardo Buontalenti o Ruggeri dieron forma al helado tal y cómo lo conocemos hoy en día.

De hecho, fue Bernardo Buontalenti quien le presentó a Catalina de Médici el gelato tal y como lo conocemos hoy en día gracias a sus innovadoras técnicas de refrigeración, en la que, la mezcla se colocaba en moldes de metal, después de haberlos mantenido durante mucho tiempo bajo el hielo, técnicas que poco después se extendieron por toda Europa.

En el siglo XVII, Francesco Procopio de ‘Coltelli, un pescador de Palermo, recibió como herencia de su abuelo, una máquina diseñada por él para elaborar sorbetes y la llevó a París, lugar en el que abrió el Cafe Procope, que se convertiría en uno de los lugares más famosos de la ciudad por sus maravillosos gelatos.

El éxito del gelato en París fue rotundo y personajes como Napoleón, Robespierre y el rey Luis XIV se declararon fanáticos de este postre frío e hicieron que su fama se extendiera a nivel mundial.

Un genovés abrió la primera gelatería en Nueva York: Giovanni Bosio.

Y fué en Milán, en el año 1906 cuando se sirvió el primer gelato con base de barquillo, gracias a la idea de Giovanni Torre di Bussana.

Alrededor de 1920 se creo el primer carrito de helados en la ciudad de Varese.

Por su parte, el nacimiento del gelato industrial en 1927 , se lo debemos a Otello Cattabriga, quién diseñó la primera heladera automática y convirtió el proceso de fabricación en algo mucho más rápido y sencillo.

En resumidas cuentas, el gelato caló hondo a nivel internacional, por ser un postre delicioso y siempre apetecible. Y, desde Italiano con Gianna, solo podemos recomendarte que, si todavía no has tenido ocasión de degustar un auténtico gelato, deberías apuntarlo en tu lista de prioridades. ¡No puedes perdértelo!